Debido al crecimiento del sobrepeso y obesidad a escala global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha acelerado su plan de acción contra esta forma de malnutrición que considera una epidemia en todo el mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está intensificando sus esfuerzos para enfrentar esta epidemia, reconociendo que la obesidad no es solo un problema individual, sino también un tema de políticas públicas y acceso equitativo a la salud.
Lo que alguna vez se consideró un problema exclusivo de los países desarrollados, ahora afecta a todas las naciones, incluidas aquellas con menos recursos y a los grupos socioeconómicos más vulnerables.
La OMS define el sobrepeso y la obesidad como una acumulación excesiva de grasa, utilizando el Índice de Masa Corporal (IMC) como un indicador. Sin embargo, este enfoque tiene sus críticos, ya que no tiene en cuenta factores clave como la edad, el sexo y la raza. Además, que deja al 52% de la población fuera, es decir, a nosotras, las mujeres.
La industria alimentaria y los gobiernos desempeñan un papel crucial en la promoción de una dieta saludable y la actividad física.
La falta de educación nutricional, la publicidad de alimentos no saludables y el acceso desigual a la atención médica son solo algunos de los desafíos que enfrentamos. Pero con una combinación de políticas públicas, conciencia comunitaria y acción social.
El neoliberalismo aplicado a este asunto ha cambiado el “eres pobre, porque quieres” a “eres gordo, porque quieres y no te esfuerzas”. Además de cruel y exento de conciencia social, niega la diversidad corporal. Estamos convirtiendo la salud en algo tremendamente clasista.
Espero que os guste este articulo que escribí para El PAIS y además es el primero que sale en prensa escrita a una pagina. No puedo con la ilusión.
Un abrazo
Azahara